sábado, 10 de junio de 2017

fanfic marta hernandez y paula garrido

Conocí a Sherlock Holmes en el bar Silken ubicado en el centro de Londres. Era un día lluvioso y apenas había gente en la zona. Entre para resguardarme de la lluvia, mientras esperaba mi café apoyado en la barra. Se me acerco un hombre, un poco extraño, llevaba una gabardina negra, con un sombrero a juego que le cubría toda la cabeza.
Me pregunto si sabía de algún piso libre por la zona, me quedé asombrado y le dije que había localizado uno libre en la calle Baker Street y buscaba a alguien con quien compartirlo. Sherlock me dijo que estaba interesado y quedamos al siguiente día para ver el piso. Nos reunimos en el bar Silken de la noche anterior, el piso se localizaba una calle más abajo y al verlo como nos gustó decidimos alojarnos aquella misma tarde. Sherlock era un tipo raro, la mayoría de las veces no estaba en casa, solo venía a dormir. Mi relación con él fue distante al principio, pero al mes cogimos mucha confianza, a los dos nos venía muy bien hacernos compañía. A los 4 meses, empecé a notar una actitud extraña en Sherlock, llegaba más tarde de lo normal, eufórico, le preguntaba de donde venía y me gritaba, era imposible hablar con él. No me dejaba mantener contacto con una mujer a la que conocí 2 semanas atrás y si lo hacía, no me dirigía la palabra durante días. Se obsesiono conmigo, me controlaba cada paso que daba y encima no me dejaba ayudarle a investigar casos. Una noche decidí seguirle, espere a que llegase hasta la manzana, salí de casa y le seguí durante un par de horas. Vi como Sherlock sacaba unas llaves del bolsillo y abría la puerta de un garaje, espere 5 minutos y continúe siguiéndolo. Me asome a la puerta y vi unas escaleras que llevaban a una especie de sótano, me quede en silencio, escuchando como Shelock murmuraba. Se había dejado la puerta medio abierta y alcance a ver la habitación, miles de fotos mías comiendo, leyendo, viendo el periódico y hasta durmiendo. Pude ver también que había fotos de Hannah, la mujer con la que había estado quedando semanas atrás. La conocí en el restaurante Piracy donde había quedado con Ricky, un viejo amigo mío. Era el dueño del restaurante y siempre me invitaba a comer. Volví a ver a la camarera que nos servía siempre, ella me había llamado la atención desde la primera vez que la vi. Le dije si quería tomarse algo cuando acabase de trabajar. Rick se fue un momento al baño, y Hannah se acercó, me dijo que si, que a las 9 terminaba en el restaurante, que la esperase en el centro de Londres. A las 9, me dirigí donde había quedado con Hannah, cenamos un restaurante acogedor llamado Berrafina, estuvimos toda la noche hablando, riendo y disfrutando. A partir de ese día quedábamos todas las noches. Empecé a llegar a casa más tarde de lo normal y Sherlock siempre me preguntaba dónde iba, parecía que estaba obsesionado conmigo, yo era su única compañía y ya no tenía casos con que entretenerse. Me quede paralizado, actué rápido y decidí irme a casa para pensar. Sherlock llego a la hora de cenar, note una actitud rara en Sherlock, como si estuviera enfadado. Nos sentamos a cenar y no nos dirigimos ni una sola palabra. Al rato Sherlock se levantó y se fue a su habitación, pude ver como se tomaba unas pastillas .Al día siguiente cuando Sherlock salió de casa, aproveche para buscar el bote de pastillas y averiguar qué era lo que lo estaba volviendo loco, eran drogas. A las dos semanas, pensé habar con Sherlock, no podía aguantar más las ganas de averiguar porque tenía fotos mías y de Hannah, también porqué tomaba drogas. Esa misma tarde vio a Sherlock, sin pelos en la lengua le pregunte por de bote de pastillas que había en su habitación, se quedó en silencio durante unos segundos, estallo su locura, empezó a chillar y a romper los objetos que habían en la casa. Me dijo que porqué buscaba entre sus cosas, que no le importaba lo que se tomase o lo que él hacía. También me comento que como me pasaba los días con Hannah, tenía que buscarse una distracción y cayó en las drogas. Yo intentando guardar la calma, estalle y le pregunte por las fotos del sótano mías y de Hannah. Sherlock salió de casa. Esa noche había quedado con Hannah y estuve esperando durante más de 2 horas. Me preocupe y la llame para ver si estaba bien, pero no me cogió el teléfono, me saltaba el contestador. Sospeche que Sherlock, tenía algo que ver y me dirigí hacia el sótano donde lo había visto la otra vez. Llame a la policía, porque sabía que algo malo estaba ocurriendo en aquel sótano. Llegue antes que la policía, baje las escaleras y escuche un disparo, vi a Hannah herida en el suelo y Sherlock me amenazó con matarme si no entraba y cerraba la puerta. La policía estaría a punto de llegar y cuando Sherlock iba a matarme, entro la policía y le disparo en la pierna izquierda. Era una herida leve, no tenía mucha importancia pero Sherock cayó al suelo y yo saque a Hannah del sótano mientras la policía actuaba. Hannah estuvo un mes en el hospital, hasta que se recuperó. Yo tuve que ir a juicio como testigo de los hechos. Vi a Sherlock por última vez en el juzgado, en su mirada note como si me estuviera pidiendo perdón, era una mirada limpia, a pesar de todo lo que había ocurrido. Tiempo después Hannah y yo nos enteramos que Sherlock había sido ingresado en un centro psiquiátrico. Unos días después del juicio. Le habían diagnosticado una obsesión compulsiva y esquizofrenia avanzada. Un par de años más tarde, Hannah se vino a vivir conmigo y tuvimos dos años preciosos juntos. Nunca más volví a saber de Holmes, Hannah seguía trabajando de camarera y yo empecé a escribir ya que me apasionaba.

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